En Guatemala, el viento trae consigo el cambio de clima,
atardeceres increíbles, la oportunidad de volar barriletes y cierta atmósfera
misteriosa, que hace que hace todo diferente.
En la cosmovisión maya, el viento es representado por Iq’,
que es el relámpago y las tempestades en la noche y el espíritu del aire
durante el día. Según la tradición, el aire es el que alimenta nuestro
organismo. El soplo divino es el que nutre nuestras ideas y provoca el cambio.
Además, el aire es el que da movimiento. Gracias a él hablamos, pensamos, escuchamos,
las aguas se mueven y las semillas de los árboles caen de sus ramas.
En el esoterismo, el aire se encuentra
estrechamente ligado a las emociones y los pensamientos. La creatividad, las
palabras, la música, el baile y todo lo relacionado con las ideas fluyen mejor
cuando el aire está involucrado. El viento también es asociado con la tranquilidad
y la ira, debido a su fuerza destructiva.
Cuando vestimos, el viento es un factor importante. El
movimiento de las telas y la forma en que caen sobre el cuerpo reciben la influencia
de este elemento. El chiffon, las gasas y las telas traslucidas no serían lo
mismo sin la influencia de este elemento. Además, gracias al viento existen los
sombreros para que el cabello se alborote y la cabeza esté caliente, los
guantes para evitar que los dedos se entumezcan y las bufandas para que el
calor no se escape por el cuello de las prendas.
Sombrero de ala ancha: Vintage
Abrigo recto: Tiendas Megapaca
Pantalón skinny: Zara Man
Bufanda de algodón: Mossimo
Chelsea Boots: Calzado Cobán
Fotos: Fer Cho
Locación: Mi techo
Gracias por leer este espacio.
Mynor Véliz
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