Cuando tenía unos 10 años, conseguí un
libro de cómo hacer bonsáis. Sí, esos arbolitos miniatura japoneses. Me
emocioné mucho, porque los había visto en televisión. Mi papá me ayudó a conseguir todas las cosas y juntos seguimos
el procedimiento para una jacaranda, un par de cipreses y un “limoncillo” (no
sé la especie exacta, pero así les dicen comúnmente). Con mucho esfuerzo, los
fuimos moldeando y regando. Conforme pasó el tiempo, él se encargó más de ellos. El fin de semana que recién pasó, los vi detenidamente. No puedo creer que ya han pasado casi 18 años desde eso.
Lo anterior trajo muchos recuerdos a mi mente. Desde que tengo uso de memoria, las plantas
son una de mis obsesiones. Aunque toda mi vida he vivido en un apartamento, el espacio nunca ha sido un problema. Nunca han faltado las flores, las hierbas y otros cultivos en mi patio. En mi niñez, veía como mis papás pasaban horas sembrando rosales en
macetas y cuidando algunos tomates y otras verduras que salieron de esos
sobrecitos de semillas que venden en los supermercados. Además, siempre
disfruté los paseos a cualquier área abierta, en la que pudiera ver vegetación,
cortar flores y sentir el “olor a verde”. El amor a estos seres vivos llegó a
tal punto, que en un momento de mi vida consideré estudiar botánica, agronomía
o cualquier cosa similar. No sé, en algún momento puede que lo haga. Mientras
tanto, seguiré siendo aficionado.
Mi casa de ensueño sería un lugar en el que
la naturaleza se incorpore de la mejor manera con líneas limpias y diseño
minimalista. Si tuviera que elegir un lugar en este momento, sin pensarlo me
iría a The Jewel Box en la zona 4. El espacio es la conjugación perfecta entre
todas las cosas que me gustan. Despertar todas las mañanas rodeado de una
pequeña jungla, en medio de la ciudad es algo que haría de mis días algo
perfecto. Mientras mi presupuesto se acomoda para poder crear un espacio
similar, me conformé con estar ahí y crear un look inspirado en el lugar.
Me puse algo que fuera un reflejo del espacio, pero sin ser algo obvio. El juego
existente entre el caos de las plantas creciendo libres, las líneas limpias de
la casa y el paisaje urbano fueron mi punto de partida. Por eso, tomé una chaqueta militar de líneas
precisas y detalles en cuero, un pantalón roto para dar a idea del desorden,
una de mis playeras favoritas y un gorro tejido de algodón. Además, mis fieles botas de cuero café. A veces, me gusta jugar con esa idea de un caos ordenado a la hora de vestir.
Chaqueta militar, pantalón, playera y
gorro: Tiendas Megapaca
Barba:
Mister Barber Shop
Fotos: Francisco Villatoro Melgar
Locación: The Jewel Box Proyect