lunes, 11 de agosto de 2014

En la calle



Hace algunos días, mencionaba algo sombre mi más reciente adicción: Las fotos de street style masculino. Aunque esto no es algo nuevo, y que de igual forma seguía desde antes, en los últimos años el asunto ha cambiado mucho. Antes, se veían muchos trajes formales y prendas de estilo ejecutivo. Con el pasar del tiempo, el espíritu joven, las tendencias más deportivas y el estilo personal se han apoderado de calles de las ciudades más cosmopolitas. Otra cosa que me engancha del asunto, es que podría apostar que muchos de los que salen en las fotografías no se visten con la intención de ser captados. Es probable que vayan a trabajar, hacer las compras, ir a dar una caminata o solo recibir un poco de aire. Lo que hace tan interesante al street style masculino es la gran cantidad de información que se recibe acerca de la personalidad del individuo, por la ropa que decide llevar. Además, la armonía que existe con el corte de cabello, el vello facial y los accesorios que se llevan.  




Cuando veo todas esas fotografías, recuerdo las veces que dije que los hombres teníamos opciones limitadas. Aunque la oferta de ropa para mujer es mayor, existen muchas otras posibilidades, que muchos no habíamos considerado, colores que no se nos ocurría juntar y estampados que nunca fueron la primera opción. El problema, es que en estas latitudes tropicales, no contamos con muchas tiendas que permitan surtirnos de prendas distintas, cortes modernos y precios accesibles (cosa muy importante para nuestros bolsillos del tercer mundo). 





Además de todo esto, muchos hombres aún tenemos (y me incluyo, porque me pasa) mucho miedo de salirnos del molde. Escuchar comentarios o chistes sin sentido y sentir las miradas sobre los hombros. Estas son las cosas nos hacen evaluar nuestra decisión el doble, llevándonos a elegir algo más tradicional. El eterno circulo vicioso, que nos tienen en el mismo punto y que lleva a los empresarios a seguir ofreciéndonos lo que ya conocemos. 




Por mi parte, he decidido empezar a dejar atrás el miedo y seguir experimentando con más cosas, pisar nuevos terrenos y recorrer las calles, como si me encontrara en una de esas ciudades en las que el estilo es cosa de todos los días. Si quiero que las cosas cambien en donde vivo, creo que es momento de empezar cambiando yo. Eventualmente, nuestra ciudad se podría convertir en un punto de referencia. Tenemos todo el potencial, ¡hay que atreverse a algo distinto!

Gracias por leer este espacio

Mynor Véliz. 

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