lunes, 26 de octubre de 2015

No todo es lo que parece



Cuando era pequeño, recuerdo con mucha alegría los días en que íbamos con mis hermanos a los juegos mecánicos en el Hipódromo del Norte. El día se pasaba rapidísimo, entre tantas luces, colores, la velocidad de los carros chocones, los brincos en las camas elásticas  y giros en una pequeña rueda de Chicago.  Aunque no es un juego mecánico como tal, mi favorito era el “Resbaladero Gigante”. Lanzarse en un costal en una estructura de metal me fascinaba. Cuando estaba en la cima, sentía que era el punto más alto del universo. Me daban escalofríos y sentía un pequeño nudo en la garganta. Pero cuando veía a mi hermano mayor lanzarse, el miedo se disipaba y era mi turno.

A la mitad del trayecto, en el momento en que alcanzaba más velocidad, me gustaba extender los brazos y sentir por un momento que mi cuerpo se levantaba algunos milímetros de la superficie. No sé, tal vez esperaba volar o llegar al final surcando el aire. Esos instantes eran mis favoritos de la travesía. Al llevar a tierra firme, me daban ganas de hacerlo nuevamente. Creo que podía subir más de 30 veces seguidas. La billetera de mi papá su frió bastante en ese entonces.

Ahora que soy adulto, y vuelvo al mismo lugar, me dan risa muchas cosas y me siento afortunado por haber tenido una infancia tan alegre.  Y a la vez, me siento un poco triste. Me encantaría tener la ingenuidad de esos días y no pensar en todo lo que me podría pasar al momento de lanzarme en un costal en una rampa de metal embadurnada de keroseno. No sentirme ridículo por alzar los brazos a mitad del trayecto o pensar en que mis lentes pueden salir volando por ahí. Aaaaah… las desventajas de la vida adulta.  

Tener ese sentimiento de que muchas cosas no son la fantasía que creíamos, es de las peores cosas que pueden pasar. Uno siente como algo dentro se rompe en pedacitos.  Pero el proceso es parte natural de la vida y es lo que poco a poco nos hace fuertes y nos preparara para el futuro. Saber que algo no es lo que esperábamos, se aplica a varias cosas de la vida: relaciones, trabajo, familia, amigos y otras csoas. No todo va a ser siempre perfecto como esperamos. En algún momento, eso se acaba. Pero no hay que ponerse tristes, lo mejor es atesorar lo bueno y recordar con alegría eso que nos hacía reír. Recordar el momento de la desilusión es peor y arruina todo el recuerdo.

Armé un atuendo inspirado en mi experiencia en el resbaladero de el hipódromo. Mi sueño de volar, se materializó en una chaqueta de piloto, a le que le quité todas las insignias, y que encontré en Tiendas Megapaca. También, agregué un pantalón amarillo, como las luces de los otros juegos que estaban en el espacio y unos zapatos con las suelas anchas, como llantas, que me recordaron a los carros chocones, que también conseguí en un viaje a la Mega.


Pantalón, chaqueta, zapatos, bufanda y pantalón: Tiendas Megapaca












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Mynor Véliz 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Y así es como se compra en Tiendas Megapaca...



Hace unos días, un grupo de alumnos de la Universidad Mesoamericana, que administran un sitio Hint Of Glam, me hablaron para realizar un vídeo, haciendo una de las cosas que más me gusta: ir de compras a Tiendas Megapaca. Aunque ya había grabado un vídeo ahí, en esta ocasión fue diferente. 

Estuvimos una mañana completa caminando en la tienda, tratando de concentrar en un vídeo de poca duración los trucos que hay que tener en cuenta para conseguir prendas de buena calidad para agregar a nuestro guardarropa. La misión sonaba fácil, pero al final resulto un bastante laborioso. Caminar con un montón de cables, cámara, luz, carreta y las miradas de la gente en una tienda un día sábado fue una especie de deporte extremo. 

Creo que pude sentir en carne propia cómo se siente Kim Kardashian cada vez que va de compras. Y pues, debo agradecer a Carito y a todos sus amigos por tratarme tan bien, hasta desayuno me llevaron. Fue una experiencia que disfruté bastante. En fin, acá les dejo el resultado. 



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martes, 6 de octubre de 2015

Los opuestos se atraen


En este mundo, todo tiene su opuesto. El blanco, tiene al negro. El día, contradice a la noche. Y lo alto se opone a lo bajo. Una cosa no existiría sin la otra. Las contradicciones son mecesarias. Son lo que da equilibrio a todo lo que conocemos y es conocido. Claro, esto debería ser aplicado solo a algunas cosas, las personas nunca deberían ser parte de este tipo de clasificaciones.

En el caso de la ropa, el tema de los contrarios es algo bastante apreciado. Hay diseñadores que han compuesto su obra a partir del choque y la contradicción. ¿Qué seria del trabajo de Rodarte, sin la mezcla entre lo haute couture y la costura amateur? ¿Los desfiles de Jean Paul Gaultier no hubieran sido lo mismo sin  reivindicar lo popular  haciéndolo deseable y exclusivo?  ¿Sería Chanel la casa de moda más poderosa, sin que coco se apoderara del color destinado para la servidumbre y los funerales, combinándolo con blanco,  haciendo que fuera lo más deseable y novedoso de su época? Seguramente muchas cosas que conocemos de la moda actual, no serían lo mismo sin el ejercicio de enfrentar conceptos, materiales y demás.

A la hora de vestir a diario, este tipo de choques son el pan de cada jornada. En el momento que tomamos una camisa formal  y la llevamos con tenis. También, mezclar joyas costosas o de apariencia formal, con una tshirt básica y pantalones rotos. La moda de nuestra era se contradice a sí misma y voltea todo. Por eso, aunque digamos "la ropa de los 90" está de moda, la sentimos nueva, porque siempre tiene algo que choca con ella. Por ejemplo, ahora se mezcla con elementos muy lujosos o con épocas muy dispares, como los 70. Esto la saca del contexto en que la conocíamos, mostrándonos una nueva posibilidad.

En mi caso, no concibo un día sin llevar prendas que choquen entre sí. O al menos, es algo que hago sin pensar. Por ejemplo, hace algunos días, aproveché el sol para combinar unas sandalias birkenstock, con un pantalón skinny, una camisa formal y una chaqueta deportiva en el mismo atuendo. Casi todo lo conseguí en Tiendas Megapaca y logra justo todo lo que me gusta en un atuendo: comodidad, estilo y esa mezcla awkward de estéticas y referencias. Probablemente, por si solas, las prendas serian aburridas. Pero juntas, logran un buen atuendo, porque son diferentes.













Chaqueta, camisa y sandalias: Tiendas Megapaca

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jueves, 1 de octubre de 2015

Style Icon: Nick Wooster




Desde hace algunos años, no he podido dejar de seguir la pista de todo lo que hace Nick Wooster. Es más, para mi, se ha convertido en un ejemplo a seguir. Cuando pase de los 40, espero haber hecho al menos la mitad de cosas que Wooster. Él ha sido catalogado como uno de los hombres mejor vestidos de todo el mundo, gracias a sus trajes impecables, experimentación,  brazos tatuados, corte de pelo perfecto y  vello facial muy cuidado. También, sus gafas oscuras y tatuajes  lo han catapultado a ser uno de los hombres más imitados y más fotografiados de las semanas de la moda.

¿Qué hace tan especial a Nick Wooster?



Nick es responsable de lo que casi todos los hombres de Estados Unidos usan. Él se encarga de dirigir el departamento de compras de las exclusivas Neiman Marcus y Bergdorf Goodman. Además, es consultor de moda de varias marcas, como Calvin Klein, Ralph Lauren  otras. Su sitio web personal se ha convertido en un sitio de peregrinaje obligado para todos los hombres amantes del buen vestir. Él tiene la capacidad de combinar arte, fotos de su vida diaria, looks de la calle y las múltiples fiestas a las que asiste. Aparte de todo eso, también tiene tiempo para colaborar con diversas revistas de moda masculina y diseñar accesorios.


El estilo de Nick Woodster podría definirse como una mezcla entre el clásico dandy inglés y el estilo deportivo americano. Los colores fuertes, estampados, prendas ajustadas a medida, calzado llamativo y mucha actitud son una constante en sus atuendos. 





Fotos vía Pinterest