domingo, 27 de abril de 2014

En el futuro, quiero ser un "nadie"



Siempre que pensamos en el pasado, vienen a nuestra mente imágenes de la época de los reyes y reinas más famosos, los años 50 y épocas un poco más cercanas. El futuro siempre lo imaginamos como algo lejano, alejado de nosotros, plástico, frío e inalcanzable. Vivimos preocupándonos tanto por él, que no nos percatamos que hemos estados inmersos en su esencia desde hace mucho. Nos hemos convertido, poco a poco, en seres automatizados, que seguimos procesos. Somos seres de costumbre, carentes de opinión y una especie de clones, llegando al punto de no ser "nadie". Esto traducido al lenguaje de Alexander Ayala, un "Nobody". Pero él le otorga algo distinto al concepto, un sentido positivo que mezcla perfectamente eso de pasar desapercibido y resaltar de forma sutil. 




Es probable que yo esté pasando por alto la inspiración de Alexander, pero no puedo dejar de pensar en sus prendas como en uniforme para esa especie "superior" que dominará en el futuro. Lo pongo entre comillas, porque probablemente creemos que el vivir conectados al Internet, el celular y la tecnología nos hace superiores, pero creo que la realidad es otra. Cada día razonamos menos por nuestra cuenta, hacemos nuestros propios conceptos y matamos por ser uno más e integrar un grupo que nos de la fortaleza, aunque eso signifique estar en el anonimato. 




Las prendas de la colección exploran el concepto cubriendo sutilmente el cuerpo de forma sinuosa en contradicciones: Cubrir o mostrar, claro u oscuro, mate o brillante, llamar la atención o pasar desapercibido, masculino o femenino. Los nobodies de Alexander son seres que lo arriesgan todo, que son parte de un grupo; son distintos, pero a la vez lo suficientemente inteligentes para saberse mezclar con sus semejantes e ir esparciendo su mensaje de que el futuro está acá y que las grandes revoluciones se dan de forma lenta y usando prendas que permitan a quien las lleve la libertad de sentirse cómodos en su propia piel, sin necesidad de excentricidades y drama innecesario. 



La carencia de género en los diseños, las líneas sencillas, mezclar materiales lujosos con otros que no lo son tanto y los detalles pequeños hacen que muchos de nosotros deseemos ser parte de de los cambios silenciosos que Alexander Ayala propone. 

Me encanta cuando los diseñadores van un poco más allá y exponen parte de su interior en todo lo que hacen, alejándose de los estruendos de las tendencias pasajeras y absorventes; mostrándonos clásicos con detalles nuevos y que le dan un toque nuevo a cualquier cosa que tengamos en nuestro guardarropa. 


(Todas las fotografías pertenecen a Manny Rionda)


Mynor V. 
@36degreesblog
@mynor_veliz 

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