domingo, 26 de enero de 2014

De Pilati a Slimane



El trabajo de Yves Saint Laurent es uno de los más interesantes. En lo personal, es uno de mis diseñadores favoritos. Siempre me pareció muy astuta esa forma de combinar la realidad con la fantasía. Hacer soñar a las mujeres con sus creaciones, darles poder  y demás, sin caer en clichés es algo que pocos pueden hacer. Con el fallecimiento de esta mente maestra del diseño, la casa tambaleó y fueron varios los llamados a tomar las riendas de la dirección creativa de la firma. Stefano Pilati fue uno de ellos. Su trabajo en YSL Me parecía simplemente genial. Me asombraba la capacidad que tenía para transformar el legado de Yves de un modo más sencillo, accesible al público, pero aún así innovador y un poco transgresor. Stefano sabía qué hacer para que cada desfile tuviera un poco de Yves y un poco de él. 










 




Las prendas de Stefano Pilatti tenían un aire de sofisticación, un poco de sexo y  de nostalgia;todo lo que se puede pedir a la hora de vestir. Pero como la moda también es un negocio, su tiempo detrás de YSL terminó. Varios hacían predicciones sobre quién se encargaría de dirigir la casa. Por momentos, esperaba que alguien como Alber Elbaz, Oliver Theyskens, Marc Jacobs o Ricardo Tisci fueran los elegidos. Nunca paso por mi mente que iba a ser Hedi Slimane quién ocuparía el cargo. Debo decir que al principio me molesté un poco. No imaginaba a alguien como él en una marca como la de Yves. Después de haber estado en Dior Homme, sus problemas con Raf Simons, su trabajo como fotografo y su lado egocéntrico no parecían encajar con el espíritu YSL. La idea de que cambiaran el mítico logo y la marca a "Saint Laurent Paris" no me agradaba tanto, pero dejé que las cosas pasaran. Igual, dudo que mi opinión llegara a oídos de alguien en París. 

Cuando se presentó la primera colección, no me quedó otra alternativa que tragarme mis palabras. Ver el legado de Yves con un toque más juvenil, rebelde, musical, sexy y divertido fue algo perfecto. Las colecciones de Slimane tal vez no son las mejores. Estas no están llenas de bordados Haute Couture, flores a granel, miles de capas de tul, joyas extravagantes y demás clichés de la moda parisina. Pero sí dotadas de mucha actitud, innovación, sencillez, funcionalidad y demasiado estilo; algo difícil de lograr.  Además, son el reflejo de lo que muchos queremos usar en estos momentos: prendas que nos recuerden al pasado, reflejen nuestro estilo de vida y nos hagan sentir poderosos. No se puede pedir más en esta vida. 









Por el momento, sueño con el momento en que tenga dinero suficiente para comprar algo de Saint Laurent. Mientras tanto, me conformaré con clones de tiendas fast-fashion y seguiré disfrutando los soundtracks de los desfiles. 


Mynor V. 

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