domingo, 4 de mayo de 2014

Disfrutar del silencio




Hace algunos días, mientras me dirigía al trabajo, tuve un pequeño choque en mi carro. La verdad fue poco grave, pero el susto y la tensión del momento me hicieron pensar muchas cosas. Tengo muy poco tiempo como conductor; y aunque me haga el fuerte, soy bastante blandengue cuando se trata de este tipo de situaciones. Repetí en mi mente varias veces las imágenes del momento. Aún no sé como llegué a estar frente a una pared, con los lentes en el asiento del copiloto y con un neumático estallado. No soy una persona religiosa, pero creo que hay algo más allá que hizo que nada grave me pasara. Soy feliz de no haber herido a alguien, de no chocar otro vehículo y de que lo único que me pasara fuera un dolor en la espalda. Y pues, trato de no prestar atención a las cuentas de la reparación, que esa es otra historia. 

Todo lo anterior me llevó a pensar en lo rápido y cerca que estamos de finalizar nuestra existencia. Sonará un poco fatalista, pero vivir en un país como Guatemala puede significar todo un riesgo para la vida. Salir de casa y no saber si uno va a regresar es un sentimiento feo y estresante. Es un poco trillado decirlo, pero nunca tomamos en cuenta que por estar inmersos en nuestras actividades dejamos de hacer cosas que amamos: ver a personas que nos hacen sentir felices, trabajar en lo que queremos, disfrutar de un helado o una caminata, abrazar a nuestro perro, usar nuestra camisa favorita aunque esté vieja y desgastada, escuchar esa canción que nos hace sentir felices y pone una sonrisa en nuestra cara, visitar ese lugar que nos trae recuerdos, ver una película estúpida al lado de alguien que amamos, comprar algo que queríamos desde hace tiempo, beber una cerveza, levantarnos más tarde de la cama, hacer algunos garabatos en una hoja de papel, comer lo que nos gusta o hacer cualquiera de esas cosas que nos hacen sentir plenos y tener la ilusión de un niño en navidad. 














Es probable que me esté poniendo un poco sentimental por el asunto y me esté saliendo de la temática habitual del blog. Pero bueno, es mi espacio y hago en él lo que quiera. Mientras escribo esto, pues escucho las múltiples versiones de "Enjoy the silence" que tengo en mi laptop y canto como adolescente en pleno proceso de cambio de voz. Además, pienso en lo que usaré para ir a trabajar. Como dijo mi madre: "El diablo es feliz de verlo a uno triste y mal". Y pues, seguiré su consejo: Haré todo eso que me hace sentir contento para no darle gusto. Eso incluye vestirme bien. 

Ahora que veo muchas de mis fotos, no puedo sentirme más que afortunado de la vida que tengo, las personas que me acompañan y las cosas que hago. Aún me faltan cosas por hacer, tengo miles de problemas encima y muchos asuntos que debo resolver, pero eventualmente se podrá. Sonrío, mientras sigo entonando "all I ever wanted, all I ever needed is here in my arms..."


Gracias por leer este espacio. 

Mynor V.

@mynor_veliz
@36degreesblog
@MV_mynorveliz 
(sí, es raro, pero tengo varios users)


No hay comentarios:

Publicar un comentario