martes, 28 de julio de 2015

Naturaleza urbana

 




Cuando tenía unos 10 años, conseguí un libro de cómo hacer bonsáis. Sí, esos arbolitos miniatura japoneses. Me emocioné mucho, porque los había visto en televisión. Mi papá me ayudó a conseguir todas las cosas y juntos seguimos el procedimiento para una jacaranda, un par de cipreses y un “limoncillo” (no sé la especie exacta, pero así les dicen comúnmente). Con mucho esfuerzo, los fuimos moldeando y regando. Conforme pasó el tiempo, él se encargó más de ellos. El fin de semana que recién pasó, los vi detenidamente. No puedo creer que ya han pasado casi 18 años desde eso. 
Lo anterior trajo muchos recuerdos a mi mente. Desde que tengo uso de memoria, las plantas son una de mis obsesiones. Aunque toda mi vida he vivido en un apartamento, el espacio nunca ha sido un problema. Nunca han faltado las flores, las hierbas y otros cultivos en mi patio. En mi niñez, veía como mis papás pasaban horas sembrando rosales en macetas y cuidando algunos tomates y otras verduras que salieron de esos sobrecitos de semillas que venden en los supermercados. Además, siempre disfruté los paseos a cualquier área abierta, en la que pudiera ver vegetación, cortar flores y sentir el “olor a verde”. El amor a estos seres vivos llegó a tal punto, que en un momento de mi vida consideré estudiar botánica, agronomía o cualquier cosa similar. No sé, en algún momento puede que lo haga. Mientras tanto, seguiré siendo aficionado.
Mi casa de ensueño sería un lugar en el que la naturaleza se incorpore de la mejor manera con líneas limpias y diseño minimalista. Si tuviera que elegir un lugar en este momento, sin pensarlo me iría a The Jewel Box en la zona 4. El espacio es la conjugación perfecta entre todas las cosas que me gustan. Despertar todas las mañanas rodeado de una pequeña jungla, en medio de la ciudad es algo que haría de mis días algo perfecto. Mientras mi presupuesto se acomoda para poder crear un espacio similar, me conformé con estar ahí y crear un look inspirado en el lugar.
Me puse algo que fuera un reflejo del espacio, pero sin ser algo obvio.  El juego existente entre el caos de las plantas creciendo libres, las líneas limpias de la casa y el paisaje urbano fueron mi punto de partida. Por eso, tomé una chaqueta militar de líneas precisas y detalles en cuero, un pantalón roto para dar a idea del desorden, una de mis playeras favoritas y un gorro tejido de algodón.  Además, mis fieles botas de cuero café. A veces, me gusta jugar con esa idea de un caos ordenado a la hora de vestir.









Chaqueta militar, pantalón, playera y gorro: Tiendas Megapaca



Locación: The Jewel Box Proyect

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