Una de las cosas que más disfrutaba en la niñez era ir al
parque. Lo primero que hacía, luego de almorzar, era hacer mis tareas para
poder ir al parque con mi papá, mis hermanos y la Fanny, la perra que tenía en
ese entonces. Me gustaba mucho estar al aire libre, sentir que desde lo alto de
los resbaladeros veía todo mi reino. Me sentía poderoso e inalcanzable, y creía
que la grama era una enorme selva, en la que solo podía acceder lanzándome. Aunque
ahora sea la persona menos deportiva que existe, intentaba jugar basquetbol,
con muy mala puntería. De vez en cuando, trataba de patear un balón para
hacerlo entrar en una portería. Con La Fanny, corríamos sobre la grama y nos lanzábamos por el
resbaladero. Ahora que lo pienso, creo que no le agradaba demasiado, pero
quedaba convencida al mostrarle alguna
golosina.
Otra cosa que me gustaba hacer, era buscar insectos o de
esas plantas que tienen unas bolitas con pequeñas púas que se quedaban pegadas
en la ropa. El chiste era juntar muchas y lanzárselas al hermano que tuviera
más cerca. De vez en cuando, cortaba alguna flor para llevar como presente a mi
madre.
Ahora que soy adulto, realmente me siento afortunado por
haber tenido la fortuna de haber disfrutado a mis anchas lo que era ir a un
parque. Tal vez sonaré como un viejito, pero los niños de ahora no
experimentarán esa emoción, a menos que dejen atrás sus tablets o teléfonos
celulares. Qué feo llegar a la adultez y que tus recuerdos estén relacionados
con un artefacto electrónico. Aunque también aclaro que hay niños que no están
creciendo así.
Cada vez que puedo desconectarme y sentarme en un parque, saco de mi memoria las
cosas que disfruté cuando tenía menos preocupaciones, así que me dejo llevar un
poco. Observo a mi alrededor, siento el olor de las plantas e imagino cosas.
Tal vez no serán fantasías tan vívidas como las de cuando tenía menos de 10
años, pero algo es algo.
Todos esos recuerdos me sirvieron para crear un atuendo con ropa
que conseguí en Tiendas Megapaca. En una de mis constantes visitas a la tienda,
quedé fascinado con un blazer de tela a cuadros en color verde, que de
inmediato me recordó al color de las plantas que nos lanzábamos con mis
hermanos en el parque que visitaba en mi infancia. Para muchos, sería una pieza muy llamativa.
Para mí, es una manera perfecta de usar
colores de forma más sofisticada. Como no quería quitarle protagonismo a esta
prenda, decidí llevar una camiseta negra, como las que usaba para jugar básquetbol,
un pantalón skinny y unos zapatos tipo Oxford
que son del mismo color que tenía la Fanny. Sí suena raro, pero hay varias
cosas que para mi tienen “color Fanny”. Como último detalle, un portadocumentos
que yo mismo diseñé, con una aplicación en forma de un rayo y una borla de
color azul. No siempre puedo ir a un parque, pero si puedo llevar esos
recuerdos en mis atuendos. De una u otra forma, hay que ver cómo nos mantenemos
en contacto con recuerdos agradables y cosas que nos recuerdan al niño que
tenemos dentro.
Saco verde, camiseta negra y zapatos: Tiendas Megapaca
Portadocumentos: MV mynor véliz
el portadocumentos esta en todo! :D exitos en todo MV!
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