martes, 1 de septiembre de 2015

Acá, desde mi reino



Una de las cosas que más disfrutaba en la niñez era ir al parque. Lo primero que hacía, luego de almorzar, era hacer mis tareas para poder ir al parque con mi papá, mis hermanos y la Fanny, la perra que tenía en ese entonces. Me gustaba mucho estar al aire libre, sentir que desde lo alto de los resbaladeros veía todo mi reino. Me sentía poderoso e inalcanzable, y creía que la grama era una enorme selva, en la que solo podía acceder lanzándome. Aunque ahora sea la persona menos deportiva que existe, intentaba jugar basquetbol, con muy mala puntería. De vez en cuando, trataba de patear un balón para hacerlo entrar en una portería. Con La Fanny, corríamos  sobre la grama y nos lanzábamos por el resbaladero. Ahora que lo pienso, creo que no le agradaba demasiado, pero quedaba convencida al mostrarle  alguna golosina.

Otra cosa que me gustaba hacer, era buscar insectos o de esas plantas que tienen unas bolitas con pequeñas púas que se quedaban pegadas en la ropa. El chiste era juntar muchas y lanzárselas al hermano que tuviera más cerca. De vez en cuando, cortaba alguna flor para llevar como presente a mi madre.

Ahora que soy adulto, realmente me siento afortunado por haber tenido la fortuna de haber disfrutado a mis anchas lo que era ir a un parque. Tal vez sonaré como un viejito, pero los niños de ahora no experimentarán esa emoción, a menos que dejen atrás sus tablets o teléfonos celulares. Qué feo llegar a la adultez y que tus recuerdos estén relacionados con un artefacto electrónico. Aunque también aclaro que hay niños que no están creciendo así.

Cada vez que puedo desconectarme  y sentarme en un parque, saco de mi memoria las cosas que disfruté cuando tenía menos preocupaciones, así que me dejo llevar un poco. Observo a mi alrededor, siento el olor de las plantas e imagino cosas. Tal vez no serán fantasías tan vívidas como las de cuando tenía menos de 10 años, pero algo es algo.

Todos esos recuerdos  me sirvieron para crear un atuendo con ropa que conseguí en Tiendas Megapaca. En una de mis constantes visitas a la tienda, quedé fascinado con un blazer de tela a cuadros en color verde, que de inmediato me recordó al color de las plantas que nos lanzábamos con mis hermanos en el parque que visitaba en mi infancia.  Para muchos, sería una pieza muy llamativa. Para mí, es una  manera perfecta de usar colores de forma más sofisticada. Como no quería quitarle protagonismo a esta prenda, decidí llevar una camiseta negra, como las que usaba para jugar básquetbol, un pantalón skinny y unos  zapatos tipo Oxford que son del mismo color que tenía la Fanny. Sí suena raro, pero hay varias cosas que para mi tienen “color Fanny”. Como último detalle, un portadocumentos que yo mismo diseñé, con una aplicación en forma de un rayo y una borla de color azul. No siempre puedo ir a un parque, pero si puedo llevar esos recuerdos en mis atuendos. De una u otra forma, hay que ver cómo nos mantenemos en contacto con recuerdos agradables y cosas que nos recuerdan al niño que tenemos dentro.










Saco verde, camiseta negra y zapatos: Tiendas Megapaca
Portadocumentos: MV mynor véliz
Fotografías : Rob García

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